El Libro Negro del Fitness (cap 1)
Por qué entrenar todos los días no te marca
Entrenás todos los días, te matás en cada clase, transpirás, al otro día estás dolorida y sin embargo cuando te mirás al espejo no ves el cambio que buscás. Y ahí aparece el clásico: "seguro es mi metabolismo". Pero no, no es tu metabolismo. Y mucho menos es que vos estés rota o que tu cuerpo no funcione. El problema no sos vos. El problema es que ese tipo de entrenamientos no transforman tu cuerpo.
Es cierto que esos entrenamientos sirven. Te hacen moverte, gastar energía, liberar endorfinas y sentirte activa. Todo eso es positivo para la salud. Pero salud no siempre es lo mismo que transformación física. Cuando tu único objetivo es quemar calorías, lo que estás persiguiendo es algo efímero. El gasto energético de una clase dura lo mismo que la clase. Terminó la sesión y listo, se acabó. Tu cuerpo no tiene motivos para adaptarse, solo reaccionó al estímulo momentáneo. La adaptación real, la que cambia tu físico, se da cuando el cuerpo recibe un estímulo que le exige crear tejido nuevo: músculo. Eso es lo que le da forma y definición a tu cuerpo. Sin músculo, no importa cuántas calorías hayas quemado, la silueta no cambia.
Quemar calorías no es lo mismo que cambiar tu cuerpo. Podés correr, hacer mil burpees o quedarte jadeando en el piso después de una clase. ¿Qué lograste? Gastar energía en el momento. Nada más. En cambio, cuando entrenás fuerza no solo gastás calorías en ese entrenamiento, que suelen ser menos que en un cardio intenso, sino que además le das a tu cuerpo la señal de construir músculo. Y el músculo cambia todo: te da forma, te da definición, aumenta tu metabolismo basal que es el gasto de energía en reposo, te permite tolerar más esfuerzo sin agotarte y protege tus articulaciones y huesos. La diferencia es clara. El cardio es pan para hoy y hambre para mañana. La fuerza es una inversión: gasta menos en el momento, pero después tu cuerpo empieza a gastar más todos los días, las 24 horas.
El cardio tiene beneficios y es importante aclararlo. Mejora la salud cardiovascular, la capacidad pulmonar y la resistencia. Pero cuando lo usás como única herramienta para marcarte, chocás contra la biología. El cuerpo es una máquina de adaptación. Cuanto más cardio hacés, más eficiente se vuelve. Y más eficiente significa que con el tiempo gasta menos energía para hacer lo mismo. El resultado es que cada vez quemás menos, tu progreso se frena y lo peor de todo es que tu cuerpo empieza a sacrificar músculo para ser más liviano y gastar menos. Eso es lo que se llama adaptación metabólica: tu cuerpo se ajusta para ahorrar energía. Por eso hay tanta gente que hace cardio a diario durante años y sigue con el mismo físico. Entrenan duro, pero entrenan en la dirección equivocada.
La solución no es entrenar más ni matarte a sudar. La solución es entrenar distinto. Tenés que dejar de perseguir calorías y empezar a perseguir fuerza. Eso significa repetir los básicos como sentadillas, empujes, tracciones, peso muerto y presses. Significa progresar semana a semana, un poco más de peso, un poco más de repeticiones, un poco más de control. Y significa darle al cuerpo tiempo para construir músculo. No es inmediato, pero es acumulativo y real. El músculo es el motor de tu metabolismo y el escultor de tu silueta. No lo vas a conseguir corriendo sin parar ni haciendo solo clases que te dejan destruida, sino con entrenamiento estructurado, progresivo y de fuerza.
No necesitás un gimnasio gigante ni veinte máquinas para lograrlo. Podés empezar con muy poco. Con un par de mancuernas en tu casa ya podés trabajar todos los patrones de movimiento que tu cuerpo necesita: empuje, tracción, sentadilla, bisagra y core. Lo importante no es la cantidad de ejercicios raros que hagas, sino que seas constante, que progreses y que el estímulo esté bien dirigido.
Cuando dejás de perseguir calorías y empezás a perseguir fuerza, tu cuerpo cambia. Cambia tu forma, cambia tu metabolismo y cambia cómo te sentís. No es magia ni genética afortunada. Es entrenamiento con criterio. Y lo mejor de todo es que los resultados esta vez se quedan.
No te rindas. Vos podés.